Los beneficios físicos y mentales del ganchillo

El crochet es una excelente manera de mejorar la motricidad fina y la coordinación ojo-mano. Los ejercicios sistemáticos de crochet ayudan a desarrollar el autocontrol y a regular los movimientos de las manos, no sólo bajo control visual, sino también de forma más autónoma [1]. El crochet implica habilidades motoras finas, que enfatizan el control motor, la precisión y la exactitud del movimiento, lo que lo convierte en una gran actividad para mejorar la coordinación motora y la destreza [2]. El crochet también desarrolla la percepción espacial y la motricidad fina, lo que lo convierte en una excelente actividad para personas de todas las edades [3]. Por lo tanto, incorporar crochet a la rutina puede mejorar la salud física y la función motora.

También se ha descubierto que el crochet tiene un impacto positivo en la salud mental, específicamente en la reducción de los niveles de estrés y ansiedad. Un estudio publicado en The Lancet analizó el impacto de varios programas para padres en la salud mental y descubrió que el crochet ayudaba a aliviar el estrés y mejorar el bienestar general [4]. Además, se ha demostrado que el crochet aumenta los niveles de serotonina en el cuerpo, que es el neurotransmisor responsable de la sensación de felicidad y bienestar [5]. Otros estudios sugieren que el crochet puede prevenir enfermedades degenerativas y mejorar la autoestima y la creatividad. Por lo tanto, incorporar el crochet a la rutina puede mejorar la salud mental y el bienestar general.

También se ha descubierto que el crochet mejora la función cognitiva y la retención de la memoria. Un estudio de 2011 encontró que el crochet se puede utilizar como práctica terapéutica para mejorar la función cognitiva y la retención de la memoria [6]. Aunque algunas personas pueden tener una predisposición genética a una mejor retención de la memoria, el crochet puede utilizarse como una herramienta para mejorar la retención de la memoria en la población general [7]. Además, el crochet puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y mejorar la función cognitiva general [8]. Por lo tanto, incorporar crochet a la rutina puede mejorar la función cognitiva y la retención de la memoria.

1. mejorar la concentración
Las actividades manuales requieren mucha atención y concentración y, con el tiempo, este hábito conducirá a una mayor concentración en tu práctica y en otras áreas de tu vida. Dicho esto, es fantástico para personas que tienen dificultades para concentrarse o cuando están muy agitadas y ansiosas. Entras en un mundo donde te olvidas de todo y puedes concentrarte incluso si estás parado esperando el metro.

2. Reducir el estrés.
La química del cerebro cambia durante y después de tejer. En este sentido, además de reducir las hormonas que inducen el estrés, durante la actividad aumentan los niveles de serotonina y dopamina. Estas hormonas son responsables de la sensación de bienestar y placer, lo que significa que te sientes relajado, contento y feliz después de dedicar tiempo a tus creaciones.

Además, debido a la concentración requerida, entras en un mundo diferente y te olvidas de todo lo que te rodea, incluidos tus problemas.

3. Estás más relajado
Hacer crochet es un movimiento repetitivo y ¿sabías que ayuda a calmar el corazón y reducir la presión arterial? Así aumenta nuestra sensación de comodidad y relajación.

4. Autoestima elevada
Hay un gran sentimiento de alegría y orgullo por poder crear algo desde cero. Crea una sensación de logro y espacio para expresarnos, lo que ayuda a aumentar nuestra autoestima. De cualquier manera, nos sentimos productivos y útiles, trascendiendo los límites del crochet y cambiando la forma en que nos vemos a nosotros mismos.

5. Visión precisa
La práctica todavía requiere ejercitar el ojo y la precisión de la visión mejora con el tiempo. También lubrica mejor los ojos, previniendo así problemas de cataratas e incluso la degeneración de este órgano vital.